lunes, 8 de octubre de 2007

FREDERIK WINSLOW TAYLOR

Durante el siglo XIX, Estados Unidos de América, aún era una nación que se estaba desarrollando. No era la primera potencia del mundo. Otras naciones se disputaban la hegemonía mundial, especialmente: Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Holanda y Japón.
Ya estaba demostrado que el dominio del mundo se lograba con el poderío militar, pero también era indispensable la fuerza económica. Las naciones poderosas eran aquellas que habían logrado el mayor crecimiento industrial, destacando las empresas mineras y metalúrgicas. Poco a poco la fuerza de las naciones deja de observarse en las actividades agropecuarias y se manifestaba en las del sector fabril.
Mientras que EEUU iniciaba ese proceso, varias naciones europeas ya contaban con una estructura industrial. Eso significa que la eficacia y eficiencia de lugares como Inglaterra estaba muy por encima del que tenían los norteamericanos.
La ventaja de Europa y especialmente de Inglaterra radicaba en la mecanización de la producción, que resultó de la Revolución Industrial y de las teorías expresadas por personajes como Adam Smith, Charles Babbage, Roberto Owen, David Ricardo y Jhon Stuart Mill.
Frederik Taylor comprendió lo anterior y además de propugnar por la industrialización y por la mecanización de las empresas de su país, quiso ir más adelante, y propone reforzar la disciplina y las exigencias hacia los trabajadores. Busca la adaptación del hombre a la máquina y aún más: el aprovechamiento de cada músculo y de cada segundo. Contribuyó así a darle una ventaja competitiva a su nación.
Cuando ahora se asegura que los trabajadores, o las personas, son lo más importante de cada lugar es porque Taylor demostró que siempre se les puede hacer trabajar un tanto más. El nombre moderno de esta estrategia es el de PRODUCTIVIDAD.
Este autor es muy importante porque su esencia sigue siendo utilizada por la administración de muchas grandes empresas, aunque ahora se valgan de instrumentos modernos en su aplicación. Las empresas peuqñas y medianas, especialmente las familiares siguen usando los mismos procedimientos de Taylor.
Taylor propuso el siguiente objeto en su libro: "El objeto princiapl de la administración ha de ser asegurar la máxima prosperidad para el patrón, junto con la máxima prosperidad para cada uno de sus empleados".
Agrega que máxima prosperidad para la compañía o para el propietario significa:

  • Grandes dividendos
  • Desarrollo de todas las ramas del negocio.
  • Logro de escelencia.
  • Properidad general y permanente.

Pero conservando su interés por ganar adeptos agrega que para los empleados significa:

  • Salarios más elevados que los que ordinariamente reciben los hombres de su clase.

  • La formación de cada hombre hasta llegar al estado de su máxima eficiencia.

  • Capacidad de hacer la calidad más elevada del trabajo.

  • Darle ese trabajo siempre que sea posible.
Por último, Taylor determina cómo quiere lograr el tema de la Administración, y también asegura que los interese de los empleados y patrones no son necesariamente antagónicos, argumentando lo siguiente: "Los intereses de unos y otros son únicos y los mismos; no puede haber prosperidad para el patrón, en un término largo de años, a menos que vaya acompañada de prosperidad para el empleado y viceversa. Es posible darle al trabajador lo que más desea(unos salarios elevados) y al patrón lo que también más busca (un costo reducido de mano de obra) para sus fábricas.



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