miércoles, 27 de febrero de 2008

ECONOMÍA ESPAÑOLA

La economía de España, al igual que su población, es la quinta más grande de la Unión Europea (UE) y en términos absolutos, la octava economía del mundo. En términos relativos o de paridad de poder adquisitivo, se encuentra también entre las mayores del mundo. Actualmente, y desde la crisis de principios de los 90, la economía española se encuentra en un período de crecimiento.



1986- ACTUALIDAD: DENTRO DE EUROPA
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) predecesora de la UE, el 1 de enero de 1986 fortaleció en definitiva el impulso económico iniciado. La entrada requirió que el país abriera su economía, con un fuerte incremento de la inversión extranjera en España y un impulso modernizador de la empresa española con la competencia exterior. También se produjo un incremento de las inversiones públicas en infraestructuras entre las que se encontraban las relativas a los fastos del 92, Olimpiadas de Barcelona y Exposición Universal de Sevilla. Se produjo un tirón del consumo motivado por un efecto enriquecimiento provocado por la subida de la Bolsa y del valor de los inmuebles. Con esto, España aceleró el crecimiento de su PIB, redujo la deuda pública, redujo la tasa de desempleo del 23% al 15% en 3 años y redujo la inflación por debajo del 3%. Los retos más importantes para la economía española incluyen la reducción del déficit público, una mayor reducción de la tasa de desempleo, la reforma de las leyes laborales, la reducción de la inflación, aumento del rendimiento y la productividad y el aumento del PIB per cápita.
Después del gran crecimiento experimentado a finales de los años 1980, la economía española entró en recesión a mediados de 1992. Desde 1992 la política económica estuvo marcada por los Acuerdos de Maastricht dirigidos a la instauración del euro como moneda común de la Unión Europea. Las medidas que suponían el control de la inflación y del déficit público.
La economía se recuperó a partir de 1995, conducida por un aumento de la confianza de los consumidores y un aumento del consumo privado, aunque este crecimiento ha sido menor en los últimos años. El paro sigue siendo un problema para los españoles (en 2005 la tasa de desempleo fue del 8,5%), pero aun así esto es una mejora con respecto a niveles anteriores. La devaluación de la peseta a lo largo de los años 1990 hizo más competitivas las exportaciones, pero la fuerza del euro desde su adopción plantea dudas sobre si los precios de las exportaciones son demasiado altos para los compradores extranjeros. Sin embargo, esto se ha visto compensado por la facilidad del comercio entre los países de la zona euro y las nuevas relaciones de España con Iberoamérica y Asia.

PROBLEMAS ACTUALES
Las aportaciones de capital de la UE, que han contribuido significativamente al crecimiento económico español desde la incorporación a la CEE, han comenzado a decrecer considerablemente en estos últimos años, debido a los efectos de la ampliación de la Unión. Por una parte, los fondos agrícolas de la Política agrícola común de la Unión Europea (PAC) se reparten entre más países, por otra, los fondos de cohesión y estructurales han disminuido inevitablemente debido al éxito económico español y a que la incorporación de países de menor renta hacen disminuir la media de renta de modo tal que regiones deprimidas españolas han pasado a estar en la media europea o incluso encima de ella. No obstante, el crecimiento observado se prevé que tenderá a acrecentarse en los años próximos, en gran medida debido a la mejora de la economía global, a la fortaleza de la industria, las inversiones españolas en el exterior y al creciente comercio con Iberoamérica y Asia.

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