martes, 27 de noviembre de 2007

PLANIFICACIÓN ESCOLAR

El proceso de planificar atendiendo la proposición de unidades temáticas, proyectos y centros de interés para el aprendizaje significativo.

Para actualizarnos en el campo de la planificación es necesario, primero, ponernos de acuerdo en el concepto de planificación que vamos a manejar.
Muchos docentes dicen "yo no planifico". Pero en realidad siempre planificamos. Seguramente lo que esos maestros no hacen es escribir lo que piensan hacer en el aula.
Planificar tiene dos instancias: pensar y escribir el producto de nuestra elaboración mental.
La planificación responde a varias preguntas:


1) Qué enseñar.
Para definir qué enseñar tomaremos en cuenta 2 aspectos: los objetivos y los contenidos.
En los objetivos subyace nuestra idea de cómo aprenden los niños, del rol del docente y de las características del contenido que queremos que el niño aprenda.
En la escuela tradicional se priorizaba el contenido, y el niño era visto como un receptor pasivo. El rol del docente era de trasmisor: debía trasladar el conocimiento que él tenía y asegurarse de que los niños lo recordaran. (Modelo normativo).
En las primeras décadas del siglo XX surgió el movimiento "escuela nueva", que se centró en motivar al niño para que realice actividades y se interese en la labor escolar. (Modelo incitativo).
Hoy creemos que el conocimiento no se trasmite, sino que cada individuo lo construye por sí mismo a través de sucesivas aproximaciones en las cuales el error constituye una etapa positiva del aprendizaje. (Modelo aproximativo).
En los contenidos,hay que tener en cuenta que la misión de la escuela es trasmitir saberes sociales (conocimientos que son válidos para una sociedad determinada en un momento determinado). Aunque es imposible que los niños puedan adquirir la totalidad del conocimiento social, por lo que la escuela a través del currículo oficial selecciona aquellos contenidos que considera pertinentes, y luego los maestros realizamos nuevos cortes y adaptaciones para adaptar ese currículo a la realidad de nuestra escuela y nuestro grupo particular. Además, cuando el conocimiento llega al niño sufre una serie de transformaciones, en las cuales también intervienen los libros de texto como mediadores, que lo convirtieron de conocimiento científico en conocimiento enseñable. (Transposición didáctica).
Los contenidos pueden ser de 3 tipos:
-Conceptuales (se trasmite información)
-Procedimentales (desarrollo de capacidades y destrezas que queremos que el niño adquiera.
-Actitudinales (discusión, confrontación y transformación de actitudes y valores).

2) cómo y cuándo enseñar.
El proceso de aprendizaje de conceptos se desarrolla a través de la necesidad de resolver problemas o responder preguntas. El docente debe prestar permanente atención a las respuestas, para evaluar y reformular permanentemente sus propias propuestas. Al proponer un conflicto o problema deberá tenerse en cuenta que el niño tenga las herramientas para abordarlo, aunque éstas no sean las más adecuadas, pero el problema debe constituir un desafío superable en la confrontación con los otros niños o con la ayuda del docente. Como dice Vigotsky, “lo que un niño aprende a hacer con otros finalmente aprenderá a hacerlo solo, si le damos el tiempo y las oportunidades para que lo logre”.
Los contenidos deben estar relacionados con otros contenidos disciplinares, de forma de acercar al niño a la complejidad de la realidad.
El proceso de aprendizaje de procedimientos se relaciona más con la repetición de actividades para desarrollar determinada habilidad.
El proceso de aprendizaje de actitudes se basa en la confrontación y discusión grupal.

3) Qué, cuándo y cómo evaluar.
Tenemos 3 momentos de evaluación: inicial, formativa y sumativa.
-Evaluación inicial: Se realiza al comienzo de una nueva fase de aprendizaje, consultando e interpretando la historia escolar del alumno o del grupo, registrando e interpretando respuestas y comportamientos ante preguntas y situaciones nuevas. Nos permite averiguar cuáles son los conocimientos previos de los niños, sus actitudes, capacidades y potencialidades.
-Evaluación formativa: Se realiza durante el proceso de enseñanza para detectar los éxitos y los obstáculos que estamos encontrando. Es autocorrectora, su función es reformular las propuestas del mismo docente a partir de los resultados. La consideramos la más valiosa desde el punto de vista de la propuesta constructivista.
-Evaluación sumativa: Es la que más puntos de contacto tiene con la evaluación tradicional, en la medida en que propone un corte en el proceso de aprendizaje. Atiende al grado de cumplimiento de los objetivos planteados. Se refiere a la significatividad y funcionalidad (capacidad de uso) de los aprendizajes logrados, y no sólo a verificar que se acrediten.

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